El edificio fue proyectado por los arquitectos José Aragón Pradera, José María Mendoza Ussia e Ignacio de Aldama Elorz en 1926, su construcción finalizó en 1930. El cine, con capacidad para 1400 espectadores, se inauguró el 17 de octubre de 1930 con el programa "Variedades sonoras de la Paramount". Entre 1932 y 1934 se llamó Astoria.
Los dos primeros arquitectos fueron colaboradores en numerosos proyectos, algunos de ellos en la misma Gran Vía, el edificio del banco Urquijo en el nº 6, el edificio de viviendas y oficinas para el marqués de Urquijo en el nº 6, y el edificio del cine Azul en el nº 76 entre otros. Aldama por su parte construyó numerosos edificios de gran calidad muchos de ellos en el barrio de Almagro.
El edificio tuvo en su origen una decoración profusa con sus torreones decorados con elementos clásicos aunque con unas cupulitas en forma de piña casi orientales; también clásica la balaustrada de remate y los frontones de coronación de los huecos de planta principal que estaba recorrida por un peto alternado por paños de balaustres moldeados. La planta baja también se adornaba con una imposta decorada que recorría las fachadas. Esta decoración supuso sin embargo una importante simplificación frente a las obras anteriores de los mismos autores pues dentro de la cargada decoración descrita, ésta se centra en la coronación del edificio, siendo las fachadas de un estilo mucho más depurado y tendente al racionalismo.
El edificio debió sufrir fuertes deterioros pues sus fachadas son en la actualidad una simplificación muy notable de las anteriores, habiéndose sustituido los cargados remates por simples petos intercalados con balaustres metálicos, los torreones por sus desnudos volúmenes, culminados por las cúpulas originales y los entrepaños verticales entre huecos están ahora conformados por paños de gres en tonos verdosos. Las fachadas posteriores también han sido objeto de simplificación aunque mantienen en algún remate la balaustrada moldeada original. En la trasera de la parcela se acusa el volumen del teatro. El conjunto exterior resultante es un edificio de agradable proporción y cierta singularidad a la que contribuyen sin duda el peculiar remate de sus torreones.
El interés mayor del edificio radica en la composición del volumen del teatro en la parcela y en su exquisita decoración.
Se cita en la publicación "Madrid y el Cine" por sus autores Cebollada y Santa Eulalia, que esta sala estaba inspirada en los cines Paramount y Roxy de nueva York, no en vano esta compañía tenía una participación en el cine Rialto. Como años más tarde harían el cine Coliseum y el Palacio de la Música, se trasdosaba al fondo de la irregular parcela el espacio destinado a escenario y servicios del mismo. En este caso, se sitúan en el entorno no ocupado por este uso las viviendas a las que se accede por un portal a Gran Vía situado a la izquierda del gran acceso a la sala.
En cuanto a la decoración interior, se resolvía con una gran riqueza tanto espacial como material. En crónicas de la época se pondera esta decoración y se atribuye su diseño al artista Agustín Espí y su ejecución a los hermanos Arregui y Compañía S.L., los estucos a Antonio Axerio-Detoma, los tapices y alfombras a la fábrica "Los Pontones" , el telón de boca a Rodríguez Hermanos etc..
En estas crónicas contemporáneas a la inauguración del cine se describen características curiosas como que no se permitía anuncio alguno ni en pantalla ni en los programas de mano, no estaban admitidas las propinas y el público podía servirse agua de unas bellas fuentes que aún se conservan que "…los espectadores podrán utilizar para beber, mediante vasos individuales de papel impermeable que se hallan al alcance de los concurrentes".
El volumen amplio del hall fue cubierto con una espléndida vidriera de Maumejean, escalinata y paramentos de mármol de distinta procedencia y colorido de inspiración clásica que por fortuna se conservan íntegramente. La sala fue resuelta con los mismos parámetros decorativos, visibles durante las décadas en las que su uso fue el original de sala cinematográfica, hoy aparece oculta por una gran profusión de paneles acústicos, tramoyas, focos etc. que son propios de los espectáculos que se montan en la actualidad. Afortunadamente no llegó a ejecutarse un proyecto redactado en el año 2000 de división de la sala en minicines, la crisis de público en las salas motivó estas iniciativas que gracias a la protección estructural del edificio y a la protección integral de la sala, en este caso fue desechada.
La documentación que se conserva, consiste en un proyecto fechado en 1935 de José María de Mendoza Ussia, uno de los autores del edificio, para habilitar el sótano para sala de baile. Se sustituyeron con este proyecto los pilares existentes por unas jácenas que libraban el espacio del hall de acceso a la sala, en la misma posición del hall del teatro, construyéndose unas galerías laterales para espectadores, escenario para la orquesta, cocinas y otras dependencias auxiliares. Este local funcionó muchos años como local de espectáculos J'Hay (Jorge Hay, su primer propietario), siendo hoy la sala Golden. Del año siguiente existe referencia de un proyecto de reforma del sótano cuyo autor fue otro arquitecto autor del proyecto original José de Aragón sin tener detalle de su alcance.
Posteriormente existen referencias de otras actuaciones de reformas de menor entidad, destacando las que proyecta Enrique López-Izquierdo Blanco en los años 1944 y 1948 que aún siendo de poca trascendencia, vinculan a este arquitecto, conocido profesor de dibujo y preparador de estudiantes de Arquitectura para el ingreso en la Escuela que tuvo una reputada academia de esta disciplina en el cercano edificio palacio de la Prensa, a las obras en salas de espectáculos, actividad continuada por su hijo Enrique López-Izquierdo Camino, también arquitecto, con importantes actuaciones en otras salas como el Palacio de la Música o el Coliseum.
