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El Pabellón de las Bancadas

La documentación existente sobre el Pabellón de Bancadas es escasa y fragmentaria. Esta escasez se explica por la conjunción de varios factores. En primer lugar, la urgencia con que se acometía la construcción de pabellones entre una edición de la Feria Internacional y la siguiente implicaba el desarrollo de los proyectos en periodos de tiempo muy cortos, con la consiguiente elaboración de la documentación mínima y necesaria. En el caso concreto del Pabellón de Bancadas, su propia concepción aspiraba a una puesta en obra rápida y económica, y así la construcción se reduce a un catálogo de soluciones que se utilizan en todo el edificio, por lo que no fue preciso producir una documentación muy abundante. Por otro lado, al ser promovidos desde la administración los proyectos no necesitaban ser visados, con lo que los documentos han sido conservados por el organismo gestor del recinto ferial, que durante los años transcurridos desde el primer proyecto de 1962 ha cambiado varias veces, contribuyendo así a la dispersión de la documentación.

Han llegado hasta nosotros una serie de planos correspondientes al proyecto de 1962, y al proyecto de ampliación de 1965. No así planos de detalle de las soluciones constructivas ni documentos escritos como la memoria explicativa o el presupuesto. Ello provoca que el análisis del pabellón deba ceñirse a las características del proyecto como ha llegado hasta la actualidad, prescindiendo de una cronología precisa.

En 1962 y para la V Feria Internacional del Campo se levantó el Pabellón de Bancadas, que también ha respondido al nombre de Pabellón de El Lago y al de Pabellón de Alimentación, por haber sido utilizado para la exposición de productos alimentarios. Ubicado en la zona norte del recinto ferial, entre la Avenida Principal, la Calle del Arroz y la Ronda del Lago, el mayor condicionante al que debía responder el proyecto era la fuerte pendiente que desciende desde el punto más elevado de la Feria Internacional (la Gran Pista de Exhibiciones, en la actualidad el lugar en el que se sitúa el Madrid Arena) hacia el norte. Cabrero y Ruiz habían tenido que resolver una problemática parecida con la construcción del Pabellón de Ministerio de Vivienda en 1959, en cuyo terreno descendía, aunque de forma menos pronunciada que el del Pabellón de Bancadas. También existen claras relaciones entre los materiales utilizados en ambos pabellones, básicamente ladrillo y acero. En el Pabellón del Ministerio de Vivienda continuaron con la experimentación, iniciada en la Escuela de Hostelería, sobre las posibilidades de las estructuras metálicas, facilitada por la progresiva mejora de las condiciones económicas que habían hecho del hierro un material más asequible.


Así pues, se decidió salvar la pendiente con el aterrazamiento del terreno mediante las grandes bancadas que dan nombre al edificio. Una vez tomada esta decisión esencial, se prosigue de manera rigurosa, casi automática, superponiendo una retícula de pilares que sostienen la cubierta y modulan todo el edificio. Tan sólo se incumple la cuadrícula de 11x11 metros en el punto más bajo, en la zona noreste, por la necesidad de respetar el trazado de la Ronda del Lago. Por lo demás, el cerramiento asumía el módulo en los quiebros realizados en tres de sus fachadas. Inicialmente el pabellón debía de usarse únicamente durante las Ferias, en primavera, y es por ello que no se planteó un cerramiento completo. Así, la gran cubierta inclinada que desciende en paralelo al terreno volaba por encima de los muros de ladrillo, sostenida por los esbeltos pilares metálicos, y permitía el paso de corrientes de aire para refrescar el interior. Con un hábil zigzagueo el cerramiento se adapta al contorno de un solar complicado y acompaña el descenso de la Calle del Arroz, reduciendo de esta manera la escala del edificio, que se percibe como un todo exclusivamente desde la distancia.
Cabrero utiliza, como es habitual a lo largo de su carrera, una paleta de materiales voluntariamente restrictiva. En este caso, el hormigón se emplea para los muros de contención y las bancadas. Por encima los pilares metálicos y la cubierta de fibrocemento conforman una cubrición etérea, y el ladrillo, por último, aporta una imagen cálida a pie de calle. Como corresponde a una época de su carrera en la que se sentía atraído por la plástica constructivista, el detalle del nudo entre pilar y viga explica a la perfección su funcionamiento mecánico. Dos perfiles en U aligerados Boyd abrazan a los pilares en la dirección de la pendiente, y sobre ellos se apoyan las correas IPE. Todo ello confería al pabellón un perfil industrial, de hangar, que se ha perdido con las posteriores reformas.
El pabellón de 1962 tenía 9 bancadas, con una superficie de 4700 metros cuadrados aproximadamente. La comunicación entre los sucesivos niveles se producía mediante un conjunto de escaleras de un tramo cuya estudiada colocación establecía un sinuoso recorrido descendente. En 1965, para la VI Feria Internacional del Campo, se culminó la ampliación del pabellón, de algo más de mil metros cuadrados. Ésta supuso perder el escalonamiento que se producía en la fachada este, con lo que el edificio ve diluido su carácter exterior. La ampliación coincide con la construcción del Pabellón de Cristal del otro lado de la Avenida Principal y del Pabellón del I.N.I. al este. Entre este último y el Pabellón de Bancadas se construiría para la siguiente edición de la Feria el Pabellón de Argentina (véase supra p.28). En el interior, el crecimiento de algunas de las bancadas implicó la reorganización del recorrido con la colocación de algunas escaleras más.
De ahí en adelante el edificio ha sufrido diversas adaptaciones menores en momentos que no es posible identificar. Así, se colocó un falso techo que oculta la estructura de la cubierta y se recubrieron los pilares hasta una altura de tres metros para protegerlos contra el fuego, y se completó el cerramiento del pabellón mediante el uso de chapa metálica y de vidrio en varios frentes. La distribución interna también se ha adaptado a los nuevos usos, para lo cual se han creado un espacio de administración en la bancada 1 y dos niveles destinados a oficinas en la bancada 5, además de los aseos bajo la bancada [3].
A pesar de las numerosas intervenciones sufridas por el edificio, éste mantiene lo esencial de su planteamiento tanto conceptual como constructivamente. 

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