Oficinas para Vicente Patuel
Sólo dos años después de acabarse el edificio Matesanz, diseñado por Antonio Palacios Ramilo en el nº 29 de la Gran Vía, el empresario Vicente Patuel Enrique decide construir sobre un solar de su propiedad un inmueble que como aquél se destina enteramente a oficinas, renunciando a las viviendas de lujo que tan poco éxito obtenían en la nueva avenida. El proyecto fue firmado en julio de 1925 por el arquitecto José Miguel de la Quadra Salcedo, que distribuye el edificio en planta sótano, con las instalaciones generales, la vivienda del portero -con cocina, aseo, comedor y un único dormitorio y un gran espacio diáfano, reservado para ampliación de los locales que en planta baja rodean el único patio pentagonal, a cuya esquina nororiental se adosa el núcleo de comunicaciones verticales, dispuesto en la bisectriz del agudo chaflán creado por el encuentro de la Gran Vía con la calle de Chinchilla para aprovechar un espacio penalizado por la difícil geometría de la parcela, que generaba una diagonal muy profunda con escasa iluminación. Este núcleo, con acceso directo por un portal abierto en el centro de la fachada a la nueva avenida, se compone de tres ascensores en batería reducidos finalmente a sólo dos enfrentados a una escalera abierta de traza semicircular, que en las nueve plantas superiores se complementa por detrás con dos cabinas telefónicas, para adaptarse a la planta triangular del hall generado en su torno por el anillo anular de acceso a los despachos laterales: diez en torno al patio central y veintidós exteriores que en el ático retranqueado se reducen a sólo seis , que compartían un único aseo y un montacargas adosados a la medianería trasera.
En cuanto al alzado, presenta el habitual basamento apilastrado de triple altura para abarcar el zócalo comercial y dos entresuelos sobre el que descansa el cuerpo principal, cuya potencia expresiva se confía a los "miradores de chaflanes en rotonda", separados por un único vano de otros rectos paralelos que enmarcan a su vez los tres vanos centrales alineados en eje con el triple portal previsto y que se prolongan sobre el ático en sendos torreones cupulados flanqueando una peineta neobarroca; aunque este impulso vertical queda compensado por la disposición de un potente balcón corrido a la altura del piso principal que encuentra su reflejo en otro similar a la altura del ático, así como por el rasgado horizontal de los grandes ventanales de los miradores, que a pesar del almohadillado que los circunda no pueden ocultar su evidente raigambre moderna.
El 24 de agosto se solicitó la pertinente licencia, cuya tramitación fue suspendida por José López Sallaberry, como Arquitecto Inspector de la Reforma Urbana, en tanto rehacía los planos Quadra Salcedo, pues en los presentados los miradores de las calles laterales excedían el vuelo máximo previsto en las ordenanzas, mientras que el de la fachada principal superaba la longitud autorizada, al rehundirse sólo levemente el paramento central antes descrito en vez de recuperar la alineación con la planta baja. Sin embargo, ante el retraso en corregir los excesos detectados, Sallaberry tuvo que conminar nuevamente su entrega, pues como no había "dado cuenta del trámite a la superioridad a fin de no producir perjuicio alguno a los obreros empleados en la construcción", "los trabajos iban tan adelantados que en breve se llegaría al punto en que el proyecto no cumplía con las disposiciones vigentes". Una vez admitido el plano retocado el 15 de diciembre, la tramitación del expediente siguió su curso, resolviéndose favorablemente el 9 de enero de 1926. Sólo diecisés meses más tarde, el 6 de septiembre del siguiente año, Quadra Salcedo firmó el certificado final de obras, y tres días más tarde el propietario solicitó el pertinente permiso de alquiler, cuya entrega se demoró hasta el 13 de abril de 1929.
El edificio construido presenta escasas variantes respecto al proyectado, reducidas básicamente a la eliminación de la peineta central de remate y de las cúpulas previstas sobre los torreones delanteros, y la simplificación de las ménsulas que soportaban el balcón corrido del principal, mientras que la pomposa portada triple del portal se redujo a un único vano, flanqueado por dos pilastras toscanas con la firma del autor "JM Q SALCEDO / ARQTO" grabada en el capitel de la derecha que sostienen sobre el respectivo entablamento sendos relieves alegóricos de la Agricultura -con espigas de trigo, una fardo embalado y un panal y la Industria -con un yunque, unas tenazas y un martillo bajo una rueda dentada coronados por unas alas con el caduceo y el casco alado de Mercurio, símbolo del Comercio. A pesar de los débiles detalles neobarrocos, el inmueble presenta una volumetría imponente que remata con decoro la secuencia establecida por el edificio Matesanz y el "Palacio del Libro" de la Constructora Calpense.
En uno de los locales abrió su sala de exposición la empresa sueca de electrodomésticos Electrolux, cuyas oficinas se situaban en un piso del edificio Fontalba, en la acera opuesta; mientras que en la esquina con la calle de Mesonero Romanos abrió sus puertas en 1930 el Café Zahara, obra conjunta de los arquitectos Martín Domínguez Esteban y Secundino de Zuazo Ugalde que ya había construido el Palacio de la Música a sólo dos números de éste, además del edificio del Banco Matritense en el primer tramo de la Gran Vía , que se prolongaba en la sala de fiestas Miami, y que tras una escueta fachada racionalista de mármol y cristal escondía un sorprendente interior, con varios salones entre los que destacaba el del "bar americano", presidido por una barra semicircular cóncava rodeando una estilizada palmera que disimulaba un pilar. Lamentablemente, tras ochenta años de historia, e innumerables reformas, este café que ya sólo conservaba el nombre del original antes descrito cerró definitivamente el 31 de enero de 2010 para ser convertido en tienda de ropa. Por lo demás, el edificio se mantiene en buen estado, y conserva en su interior interesantes elementos decorativos originales, como los pavimentos de mosaico, las puertas de las oficinas y la elegante barandilla de cerrajería art decó de la escalera; aunque es de lamentar el inadecuado cerramiento realizado entre los torreones de coronación, cuyos monumentales pináculos piramidales de remate desaparecieron hace ya tiempo.
Periodo
1925 - 1927
Datos de localización y contacto
- Dirección
- Calle CHINCHILLA, 9 MADRID
- Madrid
- España
- Barrio / Distrito
- SOL / CENTRO
Uso y funciones
Función | Privado, Oficinas |
---|---|
Tipo acceso | Restringido a su función |
- AA.VV.: Arquitectura de Madrid . Fundación Cultural COAM, Madrid, 2003, tomo 1: Casco Histórico
- ZAHARA: "... Nuevo café en Madrid.", en Revista Nacional de Arquitectura, nº 134, jun. 1930
- ZAHARA: "Café ..., en la Gran Vía de Madrid.", en Nueva Forma, nº 35, dic. 1968, p. 89
Otra documentación
AVM: 16-111*-30.
- Actuación inicial : Quadra-Salcedo Arrieta-Mascarua, José Miguel de la : 1925 (P) 1925 - 1927 (O)
PGOUM
Catalogación y Normativa | |
---|---|
Catalogación | Nivel 1. Integral |
Norma zonal.Grado.Nivel | 1.5 |
Otros datos
Protección Patrimonio Histórico | Sin protección |
---|---|
Propiedad/Tenencia | Particular e Instituciones |