Este edificio es el mejor y más puro exponente del Art Decó en la arquitectura de la Gran Vía. Se debe al arquitecto Luis Díaz Tolosana, autor de otros buenos ejemplos en Madrid entre los que destaca un edificio de viviendas en la plaza de las Cortes 3,4 y 5 con fachada también a Marqués de Cubas.
El proyecto fue encargo de Fernando M. Vidales y tiene fecha de 1928, terminándose la obra en 1931 aunque ya en una foto de Contreras de 1929 aparece con su estructura completa y las fachadas en ejecución. La parcela es de una gran superficie, dando a tres calles: la antigua Eduardo Dato, hoy Gran Vía, la antigua calle Ceres, hoy Libreros y la calle Silva.
La planta se dividía en cuatro viviendas con una escalera noble con dos ascensores centrales y dos escaleras de servicio con montacargas en dos patios.
La construcción estaba ejecutada con estructura de hormigón en sótanos y con entramado metálico en el resto, describiendo con detalle en el proyecto las calidades con que debía realizarse: planta baja y entresuelo en granito de Guadarrama, piedra artificial en el entresuelo y ladrillo fino con guarniciones de piedra artificial en el resto, detallándose en el alzado una decoración que si bien conceptualmente responde al estilo asignado, fue modificada a un estilo más auténtico y puro de líneas en la ejecución, más acorde con la vertiente neoegipcia que en el Art Decó imperó en los años 1920 - 1930; se eliminaron por ejemplo los huecos en arco de medio punto en la planta tercera y las barandillas proyectadas que fueron sustituidas por un módulo de chapa metálica de cuatro aristas remachadas con un motivo central de metal brillante moldeado que se repite en algunos de los huecos de las fachadas, dotándolas de una estética muy interesante y singular. Los detalles de portada, las pilastras con sus capiteles de simplificación geométrica propia de este estilo artístico, la piedra artificial que adorna y recerca los huecos, así como su cerrajería son tratadas con exquisito detalle y responden como queda ya reflejado al más puro estilo Art Decó.
Tuvo un proyecto de reforma en el año 1941 debido a Pascual Bravo, quizás con el objeto de restañar alguna lesión sufrida durante la guerra civil pues este mismo arquitecto repara la inmediata finca nº 50 de la que sí se conserva expediente y se señala en él el enorme deterioro sufrido en sus inmediaciones.
El edificio aunque en su origen se destinó a viviendas, tuvo uso hostelero durante un tiempo, siendo ahora sede de los Juzgados de lo Contencioso Administrativo y de Primera Instancia. Anteriormente se redactó un proyecto de Rehabilitación reforma y acondicionamiento para la empresa ESABE suscrito por el arquitecto José Antonio García-Junceda Redondo que se ejecutó en sucesivas fases entre 1986 y 1991. Con este proyecto ya se sustituyeron núcleos de escaleras y la formalización material de las viviendas para crear un complejo empresarial con multitud de servicios: despachos, aulas convenciones, sala de exposiciones, gimnasio, etc. El edificio así reconvertido no llegó a utilizarse y estuvo un tiempo cerrado hasta que fue destinado a los Juzgados que es su uso actual. El uso público debió obligar a realizar una serie de reformas funcionales que se ejecutó en la propia Consejería de Justicia por los arquitectos funcionarios José Manuel González Marín y Carmen Marugán; con la implantación de falsos techos, nuevos núcleos de escaleras, ascensores y cambios de distribución se ha enmascarado la fisonomía arquitectónica y la cuidada decoración del inmueble cuyo interior no conserva ningún elemento de especial interés. El exterior también ha cambiado su fisonomía: con la implantación de locales comerciales han desaparecido totalmente los restos de aplacado pétreo de planta baja ejecutados en distintos tipos de mármoles con algunas piezas metálicas cromadas a juego con las que decoraban las originales piezas de los entrepaños de ventanas en plantas superiores que, como puede apreciarse en alguna de las fotografías antiguas estaban pintados en color verde con estas piezas cromadas. Ahora están pintadas en rojo y estos elementos están dorados. La reforma para instalación de la hamburguesería Mac'Donalds se llevó a cabo en 1980 por el arquitecto Rafael Lahoz Arderius.