Este edificio obra del arquitecto Fernando de Escondrillas y López de Alburquerque, fue encargado por su propietario D. José Pérez Pla en el denominado solar 104 de la nueva vía que correspondía con el nº 23 de la calle Eduardo Dato, su denominación original. El proyecto data de febrero de 1930.
Consta de planta baja y ocho superiores con sótano resuelto en muros de hormigón y estructura metálica en el resto.
La ordenación se corresponde con la tipología habitual de la época en esta zona, un patio central al que recaen estancias habitables y dos patios mancomunados con los edificios medianeros; dos escaleras, principal y de servicio y dos viviendas por planta que discurren a lo largo de las medianeras, con fachada ambas a la calle Gran Vía y a Flor Baja.
Como era pauta en la normativa de los edificios de la Gran Vía, una vez construido, se tramitó la solicitud de instalación de ascensor suscrita por un ingeniero. Esta solicitud data de marzo de 1931.
El proyecto de composición ecléctica muy al gusto de la época, tiene como también es habitual, detalles neobarrocos que se destacaban en dos cuerpos de miradores centrales alternando con otros tres más sencillos reseñando así los cinco módulos verticales en que se divide la fachada.
En la ejecución se varió este criterio, simplificando el proyecto con una decoración casi racionalista más acorde con el momento arquitectónico y variando la alternancia planteada en el proyecto de modo que los cuerpos verticales intermedios se resaltan en altura en contraposición a lo proyectado.
El resultado ganó sin duda en calidad estética.
Es reseñable el interés de la decoración interior de molduras, carpinterías, pavimentos comunes, vidrieras y cerrajerías que siguen abiertamente un marcado gusto Art Decó, especialmente en el portal y hall de acceso aunque ha sido recientemente pintado en temple picado blanco con lo que se pierde el volumen del contraste de colores y textura originales que pueden apreciarse en las fotografías antiguas. No obstante se conservan bien cuidados los pavimentos, zócalos pétreos, carpinterías y demás detalles relevantes.
La planta baja y entresuelo componen un único cuerpo basamental con un tratamiento singularizado del resto, solución que se asemeja a la empleada en algunos edificios de Antonio Palacios preexistentes. En este cuerpo bajo se alternan huecos adintelados y de medio punto de gusto más clásico presentando una cierta discordancia con la composición adintelada de los huecos superiores. La coronación del edificio y el remate de los cuerpos de miradores volados se resuelve con balaustrada de hormigón moldeado siguiendo en esto pautas alejadas de la modernidad que se perciben en la composición general y los cuidados detalles interiores.
