Patrimonio cultural y paisaje urbano

El terreno resultante de la nueva ordenación ocupado por este inmueble fue adquirido por Manuel de Urquijo y Ussía -el marqués de Urquijo que también compró el solar colindante para sede de su casa bancaria , encargando a los arquitectos José María Mendoza Ussía y José de Aragón Pradera la construcción de un edificio de viviendas para alquiler que aprovechase la estupenda condición del solar, con fachada a tres calles: Gran Vía, Víctor Hugo y Reina.

El 5 de mayo de 1917 se solicita una licencia provisional para proceder al vaciado del solar mientras los arquitectos ultiman los planos definitivos y redactan la correspondiente memoria, firmada en julio de ese año.

Según dichos documentos, el edificio constaría de planta de sótano, con los almacenes de las tiendas superiores, el cuarto de calderas y la carbonera, dos lavaderos, la vivienda del portero y diversos "camarotes" que servirían de trasteros; planta baja, con el portal de acceso y ocho tiendas; entresuelo diáfano para oficinas; y plantas principal, primera, segunda y de ático, divididas en cuatro viviendas cada una, distribuidas en torno a dos patios de luces intermedios y otro medianero, una única escalera principal, y dos de servicio, que permiten repartir casi todas las habitaciones principales salas, gabinetes, comedores, despachos y dormitorios por las crujías exteriores, reservando los patios para dar luz y ventilación a las habitaciones de servicio cocinas, baños, aseos y algunas alcobas. La obra la ejecutó la empresa constructora de Celestino Madurell, y el certificado de final de la misma fue firmado por los arquitectos el 8 de mayo de 1919; inaugurándose en octubre de ese mismo en sus bajos la joyería Perera, que fue la primera que se abrió en la Gran Vía, a la que después se unieron la segunda tienda de Kodak en Madrid tras la pionera de la Puerta del Sol, y la sede del Banco Anglo Sud Americano, quizás atraída porque en uno de los pisos encontró acomodo el British American Club.

Desde un punto de vista arquitectónico, éste es uno de los edificios más potentes del primer tramo, pues la plasticidad volumétrica obtenida mediante cuerpos nítidos muy resaltados se conjuga con una gran sobriedad decorativa que saca el mayor partido al contraste entre el poderoso almohadillado horizontal de la planta principal y las pilastras toscanas que enmarcan los miradores extremos, que en la esquina se prolongan en un voladizo redondeado rematado por un gran torreón circular coronado por una balaustrada erizada de pináculos con bolas herrerianas; habiéndose abandonado con buen criterio la primera intención de elevar sobre el mismo una cúpula empizarrada, que no pasó de los planos.

En la actualidad presenta un excelente estado de conservación, sin que se eche en falta ningún elemento decorativo relevante.