Viviendas y teatro Fontalba para el marqués de Cubas y Fontalba
En 1920 El marqués de Fontalba y Cubas encargó al arquitecto José López Sallaberry coautor del trazado de la Gran Vía el proyecto de un edificio de viviendas que incluyese un teatro bautizado provisionalmente como Olimpia el mismo nombre que se daría en planos al futuro Palacio de la Música , pero que terminaría llamándose Fontalba en referencia directa a su promotor; siendo el primer edificio de espectáculos que se construiría en la nueva avenida.
Quizás por esta misma razón Sallaberry planteó una planta de herradura "a la italiana" muy convencional, con 1.246 butacas repartidas entre el patio de butacas, cuatro pisos de palcos laterales con sus correspondientes antepalcos , anfiteatro y paraíso, aunque el empleo de hormigón permitió ejecutarlos en voladizo y prescindir de los pilares intermedios de soporte.
La madurez de un modelo tan ensayado permitió resolver con soltura la integración de los elementos adyacentes, como vestíbulos y foyer con salón de té y bar americano , que, dada la prohibición de construir sobre locales de espectáculos, se estrechan con habilidad para ofrecer mayor superficie de fachada a los edificios residenciales adyacentes, mientras que las escaleras de acceso y aseos de público aprovechan los patios de estos últimos para obtener luces y ventilación, utilizándose asimismo sus escaleras de servicio como vías alternativas de evacuación; sin contar otras dos que comunicaban directamente el anfiteatro superior con la calle trasera del Desengaño.
Hay que destacar además la amplitud del escenario previsto, con una anchura en la bocaescena de 12 m, que se ensanchaba hasta 19'2 m en los hombros, flanqueados por veintidós camerinos individuales con recibidor y ducha, y tres comunes para secundarios y comparsas.
En cuanto a los edificios colindantes, tenían acceso por las calles de Valverde y Gonzálo Jiménez de Quesada, en consonancia con el mayor desarrollo de sus fachadas; distribuyéndose en: bajo comercial, con dos tiendas flanqueando sendos portales de ingreso, que daban paso directo a una escalera principal con ascensor tras la que se adosaba otra secundaria de servicio con su correspondiente montacargas que son las que servían también para evacuación del teatro ; entresuelo para oficinas diáfanas; y ocho pisos residenciales con dos viviendas por planta, distribuidas en torno a cuatro patios de luces que permitían dar ventilación directa a todas las habitaciones de servicio como cocinas y baños, repartiéndose las de representación y los dormitorios por la crujía perimetral, con vistas directas al exterior.
La fachada empleaba un ingenioso recurso para enlazar los volúmenes en un conjunto unitario, pues aunque el acceso al teatro sólo ocupaba los tres vanos centrales, su frontis se superponía sobre los paramentos de los bloques laterales mediante dos cuerpos almohadillados extremos que servían para enmarcar una composición académica, en la que se superponían el basamento con triple arquería de medio punto y doble altura, un cuerpo principal ritmado por colosales pilastras acanaladas con extravagantes capiteles decorados con la lira de Apolo que separaban tres ventanales rasgados cerrados por vidrieras emplomadas, y un ático de coronación con otras tres ventanas separadas por pilastrillas, sobre el que campeaba una caprichosa peineta central que servía de pedestal a una escultura alegórica con la Música y la Poesía sentadas al pie de la Libertad.
Los enormes edificios residenciales cedían así el protagonismo que les otorgaba su volumen al cuerpo central del teatro, con el que armonizaban mediante algunos recursos decorativos, como los balcones corridos a la altura del piso principal que continuaban los de aquél, los miradores almohadillados que recorrían los pisos quinto a octavo, o las cornisas sobre grandes ménsulas que delimitaban el cuerpo de ático doble, decorado con lesenas toscanas.
El interior fue diseñado por el decorador belga M. Sacé en estilo Luis XVI, con revestimientos de "mármoles, bronces cincelados, caoba y terciopelo azul", un telón de boca tejido por la Real Fábrica de Tapices y otro de entreactos pintado por el escenógrafo Higinio Colmenero con una reproducción del tapiz La danza de las ninfas; debiendo destacarse la novedad de la maquinaria escénica, que incluía "baterías eléctricas y reflectores" para reproducir los efectos luminosos atmosféricos y "asociar el cinematógrafo a la escena".
Dada la incompatibilidad que le planteaba a Sallaberry su cargo como Arquitecto Inspector de la Reforma Urbana, los planos para la obtención de la licencia fueron presentados en agosto de 1920 por su yerno, el arquitecto Teodoro de Anasagasti Algán, que además era ya especialista en edificios con este uso. Y si como era de esperar la aprobación municipal se obtuvo sin problemas, en cambio, la Junta Consultiva e Inspectora de Teatros planteó mínimas objeciones que fueron solventadas sin dificultad, admitiéndose incluso la apertura de ventanas altas en las medianerías con las fincas colindantes para evitar la visión de dos muros ciegos en la nueva avenida, pues la mucha distancia existente con la cubierta del teatro evitaba el riesgo de las llamas al tiempo que facilitaba el acceso a los bomberos en caso necesario.
Terminadas las obras, el Teatro Fontalba, con un aforo de 1.246 plazas, gestionado por Tirso Escudero con dirección artística del dramaturgo Eduardo Marquina, se inauguró el 20 de octubre de 1924 con La virtud sospechosa de Jacinto Benavente.
Algo más tarde se terminaron los edificios laterales, estando firmando el certificado final de obras por Anasagasti el 21 de abril de 1925; abriendo en sus bajos la zapatería La Imperial, mientras que en los pisos se ubicaron la pensión Millán y el Hotel Francia, que tras la Guerra Civil cambió su nombre por el de Italia, instalándose en el bajo la firma la firma Hispano Olivetti de máquinas de escribir.
Durante la II República el teatro fue rebautizado como Teatro Popular, y al cambiar de dueño en 1949, pasó a denominarse Teatro Álvarez Quintero, cerrando sus puertas definitivamente en 1954. Cinco años después se construía en su lugar el Banco Coca, diseñado por el arquitecto Luis Blanco Soler sobre la plantilla impuesta por un proyecto anterior, cuya estructura de hormigón que había alcanzado ya la primera planta sirvió para apoyar una gran torre de diseño radicalmente moderno que sobresalía por encima de los cuerpos laterales y que no tuvo en cuenta la relación preexistente entre la fachada del cuerpo central y los cuerpos laterales, débilmente enlazados con el nuevo edificio mediante la prolongación ante los mismos del placado de negro granito pulido de la planta baja.
Tras pasar a manos de Banesto, terminó siendo reconvertido en oficinas, y entre 1989 y 1992 sufrió una nueva rehabilitación respetando la fachada trasera a Desengaño diseñada por Blanco Soler según proyecto del arquitecto Federico Echevarría Sainz, que intentó resolver el problema antes descrito mediante la construcción de un remedo del antiguo cuerpo del teatro, pero con importantes distorsiones en composición y detalles que merman considerablemente su calidad, sin contar la superposición de la extraña peineta que el proyecto original elevaba como cortafuegos en un segundo plano y que no llegó a ejecutarse, revistiéndose el conjunto con un vidrio oscuro completamente ajeno a este entorno, por lo que podría decirse que, de plantearse, la definitiva recuperación del antiguo teatro Fontalba estaría pendiente de ejecución.
Autores
Periodo
1920 - 1920
Otras denominaciones
Actual comercio y viviendas
Datos de localización y contacto
- Dirección
- Calle DESENGAÑO, 3 28004 MADRID
- Madrid
- España
- Barrio / Distrito
- UNIVERSIDAD / CENTRO
Uso y funciones
Función | Comercial |
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Tipo acceso | Restringido a su función |
02186_1, Proyecto para transformar los palcos
Signatura | AVM: 45-68-32 |
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Procedencia | Archivo de Villa de Madrid |
Fechas | 1930 |
Autores | Teodoro de Anasagasti |
- AA.VV.: Arquitectura de Madrid . Fundación Cultural COAM, Madrid, 2003, tomo 1: Casco Histórico
- AA. VV: Arquitectura madrileña de la primera mitad del siglo XX: Palacios-Otamendi / Arbós / Anasagasti. Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura, D.L., Madrid, 1997
- FERNÁNDEZ MUÑOZ, Ángel Luis: Arquitectura teatral en Madrid. Del corral de comedias al cinematógrafo. El Avapies, Madrid, 1988
- MORA MARTÍN, J.: Historia breve del Teatro Fontalba. Madrid, 1960
- TEATRO: "Actualidad teatral. El ... Fontalba.", en Nuevo Mundo, nº 1.604, 1924, pp. 23-24
- MARQUÉS: "El ... de Fontalba habla de su teatro recién inaugurado.", en ABC, 9 noviembre 1924, pp. 7-8
- TEATRO: "El nuevo ... Fontalba.", en La Construcción Moderna, nº 23, 15-XII-1924
- TEATRO: "El nuevo ... Fontalba.", en La Construcción Moderna, nº 5, 15-III-1924, pp. 22-23
- ZABALA Y GALLARDO, Manuel: "Necrología del Ilmo. Sr. D. José López Sallaberry.", en Arquitectura, jul. 1927, p. 239-247
- GARCÍA MORALES, María Victoria: "Teodoro Anasagasti: Idea y función de la Arquitectura.", en Academia, nº 71, 2º sem. 1990, pp. 391-410
Otra documentación
AVM: 15-32*-36; 45-68-32
- Actuación inicial : López Sallaberry, José; Anasagasti Algán, Teodoro de : 1920 (P) 1920 - 1924 (O)
- 1ª reforma y ampliación : Blanco Soler, Luis :
- 2ª reforma y ampliación : Echevarría Sainz, Federico : 1989 (P) 1990 - 1992 (O)
PGOUM
Catalogación y Normativa | |
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Catalogación | Sin catalogación |
Norma zonal.Grado.Nivel | 1.5 |
Otros datos
Protección Patrimonio Histórico | Sin protección |
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Propiedad/Tenencia | Particular e Instituciones |