Patrimonio cultural y paisaje urbano

Escultura de corte clásico con vestiduras a la romana que representa a una de las nueve musas. Según la mitología, Orfeo siempre iba acompañado de su lira, la cual era especial, ya que en lugar de tener siete cuerdas, tenía nueve en honor a las musas. Las nueve musas eran Calíope, musa de la elocuencia, belleza y poesía épica; Clío, musa de la historia; Erato, musa de la poesía amorosa; Euterpe, musa de la música; Melpómene, musa de la tragedia; Polimnia, musa de los cantos sagrados y la poesía sacra; Thalía, musa de la comedia y de la poesía bucólica; Terpsícore, musa de la danza y de la poesía coral; y Urania, musa de la astronomía, de la poesía didáctica y de las ciencias exactas.

En este caso, la escultura representa a Thalía. Suele ser representada con una máscara cómica en sus manos, un cayado de pastor, coronada de hiedra, símbolo de la inmortalidad, calzada con sandalias o borceguíes y con túnica clásica.

La estatua es obra del escultor de la Reina Isabel II, Francisco Elías Vallejo, y fue realizada para adornar el interior del Teatro Real junto con otra escultura que haría pareja con ella, pero que nunca se llegó a realizar.

El 10 de octubre de 1850 se inauguró el Teatro Real, coincidiendo con el cumpleaños de la reina. Para conmemorar este acto, se colocó en el centro de la plaza la estatua de Isabel II, encargada y pagada por Manuel López Santaella, y obra de José Piquer y Duart. Pero un año después la estatua se desmontó del centro de la plaza y se llevó al interior del Teatro Real. En 1862 se colocó en su lugar la escultura alegórica de la Comedia, obra de Francisco Elías Vallejo, la cual  había de ser montada sobre el mismo pedestal donde estuviera la de Isabel II; un pedestal considerado como “muy ornamental” y cuyo coste había ascendido a treinta y cuatro mil reales. La ubicación de la estatua de la musa de la comedia (Thalía) constituía una incongruencia pues se colocó ante un teatro donde jamás se representaban comedias. La estatua de Isabel II no regresaría a la plaza hasta el año 1905.

La musa Thalía debió de ser traída a su lugar actual en el Parque del Retiro hacia 1929, cuando fueron diseñados estos jardines por el jardinero Cecilio Rodríguez, quien también se ocupó de su restauración en la postguerra, siendo bautizados por tal motivo con su nombre. En 1997 se decidió la construcción de un pedestal sobre la cimentación existente con el fin de elevar la estatua y la adecuación del parterre de alrededor.