Patrimonio cultural y paisaje urbano

La antigua Central Eléctrica del Mediodía se construyó en el año 1900 y era una fábrica eléctrica de combustión de carbón. Realizada en ladrillo, presentaba una gran sencillez de líneas y jugaba con la composición de los vanos y ciertos detalles ornamentales típicos de la arquitectura neomudéjar madrileña. Fue promovida por José Batllé y construida por Jesús Carrasco-Muñoz. El edificio tenía dos grandes naves de dos plantas, cubierta a dos aguas, dos entradas gemelas por la calle Almadén y un patio trasero. Una de las naves fue reformada por Modesto López Otero para albergar una nueva batería de acumuladores. Es una de las escasas muestras de arquitectura industrial conservada en el casco histórico. El edificio fue adquirido por la Fundación La Caixa con el fin de instalar en él su sede cultural y el proyecto de remodelación y adaptación se encargó al estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron. La reforma restaura artesanalmente la fachada de ladrillo y quintuplica la superficie del inmueble existente hasta alcanzar 10.000 m2 mediante una volumetría añadida de acero cortén que busca su relación con el paisaje urbano circundante, más una superficie excavada destinada a auditorio. La eliminación del zócalo de granito de la construcción original hace que el edificio parezca levitar sobre la plaza pública, resultante de la demolición de una estación de servicio, cuya medianería se cubre con un jardín vertical de 24 metros de altura y 250 especies diferentes.