Patrimonio cultural y paisaje urbano

Es uno de los edificios de mayores dimensiones de la capital, fue encargado en 1717, por el marqués de Vadillo, a Pedro de Ribera, que compaginó la racionalidad y funcionalidad de una construcción militar con las pautas estéticas del barroco madrileño. El arquitecto real, Ardemans, realizó diversas consideraciones que modificaron el proyecto durante las obras. La planta, organizada en largas crujías de bóvedas de ladrillo, forma tres patios-plazas rectangulares. Las fachadas están compuestas con gran horizontalidad a base de una sucesión rítmica de vanos, sólo interrumpida en la planta baja de la fachada principal por pequeños óculos y la portada, realizada en piedra, con un orden rústico envuelto por guirnaldas, trofeos y símbolos militares y rematada por un gran escudo de la Corona. Sufrió dos incendios, en 1858 y 1869 que afectaron a gran parte del edificio, que tuvo que ser reconstruido. Tras albergar a diversos cuerpos militares, pasada la Guerra Civil sufrió un importante deterioro y abandono. En 1969 fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid, que quiso devolverle su antigua traza y volumetría encargando a Julio Cano Lasso el proyecto de restauración y rehabilitación para albergar un gran centro cultural municipal con instalaciones para la Biblioteca, Hemeroteca, Archivo municipales y sede de actos artísticos y culturales. Recientemente, se ha sometido a una nueva remodelación que ha modernizado las instalaciones y ha abierto un nuevo conjunto de equipamientos que lo convierten en un referente arquitectónico y cultural madrileño.