Patrimonio cultural y paisaje urbano

En el distrito de Carabanchel se encuentra la única ermita mudéjar que se conserva completa en la ciudad de Madrid, siendo uno de los mejores ejemplos de este estilo y tipología de la Comunidad de Madrid. Las excavaciones arqueológicas han constatado que el ábside, los pilares y la portada sur datan de la primera mitad del siglo XIII. En su construcción destacan las influencias del foco mudéjar toledano, especialmente en su fachada. Sin embargo, su arquitectura también bebe de otros focos mudéjares como la zona de Toro, en Zamora. Esta vinculación con el mudéjar castellano-leonés es frecuente en iglesias de Carabanchel y de Móstoles, que tomaron como modelo templos como el de San Lorenzo de Toro. La ermita tiene planta rectangular y ábside semicircular unido por tramos rectos a la nave. En la fachada sur encontramos la portada principal, con su acceso formado por tres arcos rehundidos o abocinados de ladrillo, concéntrico y lobulados, enmarcados con un alfiz, todo sobre un zócalo de piedra y ladrillo, con decoraciones en la parte superior de ladrillos en esquinilla y en dientes de sierra. El ábside presenta una única ventana central con arco ojival rematado por un rudimentario alfiz. La nave está cubierta a dos aguas. Una torre muy estilizada, casi una espadaña, se levanta a los pies del templo y se accedería al cuerpo de campanas mediante una escalera de madera. En la restauración realizada entre los años 1997 y el 2002, se restituyó esta escalera, pero empleando una estructura metálica.