Patrimonio cultural y paisaje urbano

Se construyó bajo encargo de la sociedad anónima Nueva Plaza de Toros de Madrid para sustituir a la que entonces ocupaba el solar del Palacio de los Deportes de la Plaza de Felipe II, la propiedad, no obstante, era de la Diputación Provincial de Madrid. Proyectada en estilo neomudéjar e iniciada en 1919 por José Espelius, no pudo ver terminadas las obras por su fallecimiento en 1929, sustituyéndole Muñoz Monasterio hasta su conclusión en 1931. Se inauguro ese mismo año, pero al estar los terrenos del entorno sin urbanizar permaneció cerrada hasta octubre de 1934. La nueva Plaza de carácter monumental, doblaba el aforo hasta 26.000 espectadores, con un diámetro del ruedo de 60 m. Constaba de tendidos, gradas, palcos y andanadas y ocho escaleras de un tramo, además de varios pabellones adosados al volumen cilíndrico, cuatro grandes con escaleras imperiales para comunicación directa con los pisos altos, en cuya parte central se situaban los aseos, dos núcleos verticales menores y otros dos independientes flanqueando la entrada principal destinados uno a la Familia Real y otro a la Diputación Provincial y otras autoridades gubernamentales. Hay hasta 15 puertas para desalojar el edificio, aparte de otras cuatro para los Monarcas y personalidades oficiales y despacho de billetes. Se complementa la Plaza con seis corrales, cuatro jaulones y diez chiqueros, más enfermería, capilla, guadarnés, caballerizas, pajera, sala de toreros, carnicería, desolladero, talleres y viviendas del conserje, mayoral y carpintero. Se prevé una reforma integral en 2018 para mejor su seguridad y comodidad.