Patrimonio cultural y paisaje urbano

Cerca del lugar en que se alzaba un popular establecimiento conocido como el "Hotel del Negro", derruido en los años cincuenta para construir la rotonda central ajardinada de la plaza de Castilla, terminada en 1954, se levantó en 1960 el monumento al jurisconsulto y político pontevedrés –de Tuy– José Calvo Sotelo (1893-1936). La idea de levantar un monumento a este líder monárquico, asesinado el 13 de Julio de 1936 en represalia por el asesinato del teniente republicano Castillo -motivo que sirvió de detonante para el inicio de la Guerra Civil sólo cinco días después-, partió ya en 1938 del Gobierno Nacional de Burgos, que abrió una suscripción nacional a tal efecto. 
Acabada la contienda, se propusieron distintos lugares para la instalación del monumento, como la plaza de las Cortes o el paseo de Recoletos, que pasó a llamarse de Calvo Sotelo, sin que se hiciese nada hasta que en enero de 1955 se reunió la sesión plenaria de la Diputación Provincial de Madrid bajo la presidencia del marqués de la Valdavia, y decidió constituir una comisión provincial presidida por el alcalde de Madrid y el mencionado marqués para recabar fondos y convocar un concurso para elegir la idea del monumento, encontrando la iniciativa tal aceptación que a mediados de 1955 ya se contaba con cuatro millones de pesetas. 
La exposición con los proyectos fue inaugurada el 13 de julio de 1955 por el conde de Vallellano, presidente de la Junta Nacional del Homenaje y ministro de Obras Públicas, en las salas del edificio de la Biblioteca Nacional. Se presentaron trece proyectos que fueron calificados quince días más tarde, con el resultado de otorgar el primer premio de 100.000 ptas. al proyecto del arquitecto Manzano Monís Mancebo y el escultor Carlos Ferreira de la Torre; el segundo premio de 75.000 ptas. a los arquitectos Beltrán de Lis, Corral y Alvear, junto con el escultor Caprotti; y el tercer premio, dotado con 50.000 ptas, a los arquitectos Viladevall, Guerra y Baranda, con el escultor Ramírez Cabrera. No fue galardonada en cambio la singular propuesta que el arquitecto Francisco de Asís Cabrero planteó para la actual plaza de Lima, y que después trascendió en numerosas publicaciones como importante pieza no construida de este autor. 
El 16 de febrero de 1956 el conde de Vallellano propuso la erección del proyecto premiado en una de las avenidas de la Ciudad Universitaria, que meses más tarde fue concretada por la Junta Nacional del Homenaje como la lonja de la facultad de Derecho. El 18 de abril de 1957 se inscribe la LVI y última lista de aportaciones recibidas, que ya suman un total de 7.641.649 pesetas, comenzándose las obras en octubre de 1958, pero con la variación de ejecutarlas en la recién creada plaza de Castilla. A pesar de que en julio de 1959 estaba prácticamente concluido el monumento, no se inauguró hasta el 13 de julio de 1960, coincidiendo con el XXIV aniversario de la muerte de Calvo Sotelo. El acto se hizo con gran ceremonial, levantándose plataformas cubiertas con tapices sobre las que se colocaron grandes sillones tapizados en rojo. Presidió la inauguración el general Francisco Franco en presencia de todos los ministros y directores generales, los alcaldes de todas las capitales españolas, así como los presidentes de las Diputaciones Provinciales y la familia de Calvo Sotelo; concluyendo el acto con los discursos del propio Franco, del conde de Vallellano y del duque de Calvo Sotelo. 
El 24 de marzo de 1961, la Junta de Homenaje pasó la custodia del monumento al Ayuntamiento de Madrid, que a partir de ese momento la incorporó al Patrimonio Histórico-Artístico municipal. En 1990 se realizó un gran túnel de tránsito rodado bajo la plaza de Castilla, que obligó al desmontaje del monumento y a su posterior reconstrucción dos años después, que ya no se hizo en el lugar original, sino en el extremo sur de la plaza, sobre la boca del túnel, con varias adaptaciones proyectadas por Manuel Manzano-Monís hijo, y sin la espaldera de cedros y chopos que antaño lo resguardaba.
Manuel Manzano-Monís Mancebo es autor de importantes piezas de arquitectura moderna en la ciudad de Madrid, como el pabellón de Huelva de la Feria del Campo, las colonias de Santo Angel de la Guarda o el Hogar del Empleado en la calle Doctor Esquerdo; y de numerosas actuaciones de restauración de edificios y monumentos en toda España, como la ejemplar reconstrucción del casco antiguo de Fuenterrabía, que le mereció el 1º Premio Europeo de Construcción de la Ciudad, otorgado por la Fundación Philippe Rottier.
El escultor madrileño –de Valdemoro– Carlos Ferreira (1914–1990) estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y ocupó un señalado lugar entre los artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, contando con importantes obras en la basílica del Valle de los Caídos, en la Ciudad Sanitaria de la Paz y en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, como autor del célebre hombre apoyado en la fuente del edificio de Miguel Fisac.