Obelisco de la Fuente Castellana
El llamado obelisco de la Fuente Castellana fue, en realidad, una fuente monumental mandada erigir por el rey Fernando VII para conmemorar, el nacimiento en 1830 de su hija y heredera la princesa Isabel, futura reina Isabel II, aunque finalmente se levantó para celebrar su tercer cumpleaños, que coincidió con su ascenso al trono debido a la muerte de su padre el 29 de septiembre de 1833.
Por deseo expreso de la reina regente, María Cristina, las obras deberían haber comenzado el 10 de octubre de ese año, cumpleaños de la princesa, pero se retrasaron hasta el día siguiente, cuando tuvo lugar el acto oficial de colocación de la primera piedra, prolongándose los trabajos durante cinco años. El proyecto fue realizado por el arquitecto Francisco Javier de Mariategui (1775-1844), con quien colaboró el escultor y académico José de Tomás (1795-1848) en las labores de ornamentación, siendo ayudados ambos por el cantero José Arnilla y el broncista Eugenio Alonso; juntos crearon una de las obras más destacables de la arquitectura conmemorativa neoclásica en el Madrid de la primeras décadas del siglo XIX.
Aunque en un principio se pensó realizar tan solo un hito conmemorativo para situarlo al final de paseo del Cisne donde llegó a erigirse un modelo en madera, el obelisco definitivo fue instalado sobre una fuente con pilón flanqueada por dos esfinges con surtidores piezas concluidas por el mencionado Tomás en 1838.
Su ubicación inicial fue el entonces recién abierto paseo de la Castellana, concretamente lo que hoy es la glorieta de Emilio Castelar, en donde permaneció instalado como fuente hasta el año 1869, cuando su pilón se sustituyó por un ajardinamiento y las esfinges se trasladaron a la entrada del estanque del parque de El Retiro. Posteriormente, en 1906, con motivo de la erección en la llamada glorieta del Obelisco del monumento al afamado político Emilio Castelar, la obra fue desmontada y posteriormente trasladada, en 1914, a la plaza de Manuel Becerra, donde recobró su primitivo carácter acuático al añadírsele un vaso circular en la parte inferior y recuperar las dos esfinges-surtidores. Este conjunto permaneció allí hasta 1969, cuando fue reubicado en el parque de la Arganzuela junto al Manzanares, formado parte, como el elemento más destacado, de una nueva fuente ornamental dotada de un gran estanque elíptico (de 107,00 x 57,00 m) adornado con varios juegos de agua.
Este segundo vaso, junto con todos sus surtidores, desapareció como consecuencia de las obras de soterramiento de la M-30 ejecutadas entre los años 2004 y 2007. Finalmente en la operación Madrid Río se han eliminado ambos vasos de la fuente quedando las esfinges depositadas en un pavimento de adoquines y por tanto anulada su función de proyectar agua por sus bocas.
Autores
MARIATEGUI, Francisco Javier de (Arquitecto)
MRIO Arquitectos Asociados S.L. y WEST 8
TOMÁS, José (Escultor)
Parques
Fecha
1833
- GEA ORTIGAS, María Isabel: Diccionario enciclopédico de Madrid. Madrid: La Librería, 2002
- MARTÍNEZ CARBAJO, Agustín: Fuentes de Madrid. Madrid: Avapiés, 1994
- PROYECTO DE RESTAURACIÓN Y LIMPIEZA: MARTÍN ARTOLA, Heliodoro. Jefe de Sección: 01/01/1994 - 01/01/1994. Restauración, 1.949.171 Pts, INVENTARIO 940 LEGAJO 235, Artes Gran vía -planta-, Sección de Conservación de Edificios Protegidos y Monumentos, CONDISA. Compañía Internacional de Construcción y Diseño, S.A., Ayuntamiento de Madrid, 01/03/1994, Artes Gran vía -planta-,
- TRASLADO: HERRERA PALACIOS, Manuel: 27/03/1968 - Traslado, INVENTARIO 940 LEGAJO 235, Artes Gran vía -planta-, Ayuntamiento de Madrid,
- FOTOGRAFÍAS: Ayuntamiento de Madrid, Papel, Artes Gran vía -planta-,
- TRASLADO: 01/01/1883 - Traslado, INVENTARIO 940 LEGAJO 58, Artes Gran vía -planta-, Ayuntamiento de Madrid,
- PROYECTO DE COLOCACIÓN DE PLACAS DE INFORMACIÓN EN LOS MONUMENTOS: MARTÍN ARTOLA, Heliodoro. Jefe de Sección: 01/03/2001 - 31/05/2001. 7.298.683 Pts, INVENTARIO 940 LEGAJO 398, Artes Gran vía -planta-, Plano del monolito soporte de las placas. Alzados y plantas, Sección de Conservación de Edificios Protegidos y Monumentos, J. Fernández Molina, S.A., Ayuntamiento de Madrid, 7.383.594 Pts, 31/05/2000, Copia, Artes Gran vía -planta-,
- FOTOGRAFÍAS: Ayuntamiento de Madrid, Papel, 03/02/1995, Artes Conde Duque catalogado A.V.,
Descripción formal
Monumento conmemorativo, de casi 20,00 m de altura, cuya pieza principal es una gran columna, procedente de la antigua Fuente Castellana y denominada habitualmente obelisco, que se asienta sobre un pilón granítico de forma circular.
Este monumento neoclásico consta de tres partes fundamentales superpuestas: zócalo-pedestal, basamento y aguja, realizados fundamentalmente con granito y caliza. El zócalo es un volumen macizo almohadillado, de planta rectangular, con sus cuatro caras salientes (dos de ellas de piedra caliza) rematadas por una cornisa moldurada sobre la que, en sus lados mayores, se sustentan dos grupos escultóricos. Uno de ellos reproduce el escudo real de Isabel II, sostenido por dos angelotes y acompañado por guirnaldas y trofeos militares; y el otro contiene las armas del antiguo escudo de la Villa de Madrid (la osa y el madroño, a la derecha, y el dragón rampante, a la izquierda), también soportadas por dos angelotes y adornadas con guirnaldas. Sobre el sencillo basamento, de forma cúbica, de 4,00 x 4,00 x 4,25 m, se eleva la esbelta aguja del falso obelisco, que en realidad es una columna estriada, truncada, apoyada sobre una basa toscana y carente de capitel, cuyo fuste recuerda al orden dórico arcaico de Paestum. El desarrollo vertical de este elemento se interrumpe a media altura por la inserción de un cubo pétreo, en cuyas cuatro caras figuran sendos relieves de bronce que representan al sol, la luna y dos coronas laureadas. Remata la pieza una estrella polar de bronce dorado, que tiene como soporte un estilete del mismo material, concebida como una alusión simbólica a las esperanzas depositadas en la joven reina y en su capacidad para guiar adecuadamente los destinos de España.
El monumento combina tres tipos distintos de piedra, lo que produce una destacable variación cromática y de texturas: granito gris en el pilón, el zócalo y el basamento; granito rojo en el obelisco; y caliza blanca en los dos frentes mayores del pedestal, la cornisa del mismo, los grupos escultóricos, la basa de la columna y el cubo decorativo. Este conjunto,está flanqueado por dos esfinges de bronce, de cuyas bocas partían sendos surtidores.
Con las obras de soterramiento de la M-30 entre 2004 y 2007, y la posterior reurbanización del espacio liberado por parte del equipo de paisajistas de MRIO y West 8, la antigua fuente del obelisco de la Fuente Castellana ha dejado de serlo y ha pasado a ser un grupo escultórico, integrado en el entorno del parque de la Arganzuela. Durante el tiempo que duraron los trabajos de ingeniería y de ajardinamiento, el monumento permaneció protegido y sin desmontar en su ubicación. El tratamiento superficial de los alrededores conllevó la elevación de la cota superior para el relleno de tierras de jardín y pavimentaciones en una altura de casi un metro. Como consecuencia, se tomó la decisión, de desmontar el vaso de la fuente de unos 80 cm de altura y dejar los elementos que antes emergían del nivel del agua sobre un solado de adoquín granítico, enrasado ahora con el resto de pavimentos de los alrededores.
La intervención de Madrid Río también ha supuesto un cambio de lectura y visión del conjunto monumental y su entorno. En sus inicios la fuente formaba parte de una composición decimonónica axial a base de grandes ejes. Ocupaba el centro de una gran glorieta ovalada cuyo lado menor se prolongaba perpendicular al Manzanares y hacia el barrio de Acacias. Este eje se asociaba, a su vez, a un gran eje perpendicular formado por un gran paseo de plátanos, que hoy ha quedado también integrado en el parque. Con todo ello la fuente ocupaba un lugar preponderante y constituía un elemento referencial de esta parte de la ciudad. El tratamiento que el equipo de paisajistas ha realizado para el parque de Arganzuela se ha basado en trazados curvilíneos y sinuosos, además de sugestivos cambios de nivel. Los caminos curvos van delimitando recintos circulares o elípticos que van siendo ocupados, por su parte, por diferentes funciones lúdicas: colinas, juegos infantiles, parterres de vegetación, nuevas fuentes o espacios de arbolado. De esta manera, el grupo escultórico del Obelisco de Arganzuela ha pasado a formar parte de uno más de estos ámbitos delimitados y su antigua presencia como hito visual dominante y organizador ha quedado restringida a un espacio residual, en equilibrio y sin jerarquías visuales con el resto de componentes del parque.
Propiedad
Municipal.