Patrimonio cultural y paisaje urbano

En 1986, RENFE adquirió una obra del escultor vizcaíno –de Basauri– Agustín Ibarrola Goicoechea, formada por 54 traviesas de ferrocarril montadas sobre un tramo de vía, que se instaló en el vestíbulo de la Estación de Chamartín. Con el título “Ola a ritmo de Txalaparta”, presenta una secuencia musical de movimiento formada por 22 traviesas que se elevan a distintas alturas apoyadas en varas de avellano, evocando el ritmo del ancestral instrumento vasco empleado en su origen mítico para comunicarse a través de los valles. De este modo, un elemento natural como es la madera de árbol actúa a la vez como materia industrial y musical, uniendo al sentido de la comunicación rodada el de la comunicación sonora. Ésta es la segunda obra que Agustín Ibarrola hace para las estaciones madrileñas de RENFE, pues por las mismas fechas creó para la estación de Príncipe Pío el "Bosque de los tótems", con traviesas coloreadas y agrupadas en vertical.
Ibarrola se instruyó en Madrid y en París, formando parte en 1957 del grupo Equipo 57 junto a Duarte, Serrano y Cuenca, entre otros. También por esos años estuvo integrado en el grupo de artistas "Estampa Popular". En su última etapa ha realizado intervenciones cromáticas de gran escala en el medio natural, que aproximan sus obras al "land art", alcanzando a lo largo de su trayectoria numerosos premios y distinciones.