Patrimonio cultural y paisaje urbano

El día 25 de marzo de 1981, y a iniciativa de la Comisión Informativa de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, el entonces alcalde, Enrique Tierno Galván, inauguró una lápida escultórica de bronce en la esquina a Princesa del edificio conocido como Casa de las Flores, construido entre 1930 y 1932 por el arquitecto Secundino Zuazo, y donde había vivido, entre 1934 y 1936, el célebre poeta chileno Neftalí Ricardo Eliecer Reyes Basoalto (1904–1973), más conocido como Pablo Neruda, que convirtió este lugar en polo de un eje literario y cultural cuyo extremo opuesto llegaba hasta la Residencia de Estudiantes de los altos de la Castellana.
Fueron los tiempos en que el inmortal autor del "Canto General" y de "Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada" ejerció de cónsul de Chile en Madrid, y los momentos que inspiraron una parte de sus memorias tituladas "Confieso que he vivido", de las que procede la frase "Mi casa se llamaba la Casa de las Flores" que figura grabada en la lápida; y aunque es universalmente conocido por haber merecido el Premio Nobel de Literatura de 1971, también destacó por su actividad política y diplomática como senador de la República de Chile, y embajador de este país en Francia.
En los actos inaugurales estuvieron presentes entre otros, Rafael Alberti, Maria Paz Ballesteros, Luis Rosales, Félix Grande y José Luis Gómez. La obra la realizó el escultor onubense –de Aracena– José Noja Ortega, autor de diversas estatuas conmemorativas en la ciudad, como las dedicadas a Julián Besteiro en la avenida del Doctor Arce y a Francisco Largo Caballero ante la arquería de los Nuevos Ministerios, y de otras lápidas, como la placa dedicada a este último personaje en la plaza de Chamberí, o la de Manuel Azaña en la calle de Serrano.