El edificio se construyó por encargo de la Sociedad La Unión y El Fénix al arquitecto José María Díaz Plaja Tobía en 1943. Este arquitecto fue autor asimismo del edificio nº 80 de Gran Vía en la esquina con la plaza de España.
Las obras comienzan en enero 1944, terminando en junio 1947.
La manzana en que se encuentra fue la última que se construyó en esta acera de la Gran Vía, debido a la existencia del Mercado de Los Mostenses, cuya demolición retrasó la ordenación de este tramo, dando lugar a la construcción de los edificios de la última manzana, ocupada por el Coliseum y posponiendo la que nos ocupa y sus medianeras que estaban en el entorno inmediato del antiguo mercado.
El edificio tiene ya un marcado carácter racionalista, prácticamente desposeído de las reminiscencias decorativas historicistas, "nacionalistas" según algún crítico, que ostentaban los edificios anteriores del mismo y otros autores.
La posición del edificio en el conjunto de la calle es de una gran importancia urbana y visual, constituyendo un chaflán curvo que se prologa por la calle García Molina y la trasera a Ricardo Léon sin perder la entidad y el concepto global de la composición. Con el criterio de grandes y simples huecos horizontales sobre paramento de granito de las plantas baja y primera, se desarrolla un tramo sencillo de siete plantas de revoco claro con un despiece en franjas horizontales y huecos amplios de desarrollo horizontal en el chaflán que dotan al conjunto de una apariencia que quizás tuviera la pretensión de asemejarse al chaflán del próximo y muy celebrado edificio Capitol. El edificio tenía además la peculiaridad de haber dejado en planta baja un pasaje de uso público que unía la Gran Vía con la calle Ricardo León facilitando la comunicación de ambas sin rodear el edificio. En el centro de este pasaje se encontraba el núcleo de escalera y ascensor, acceso a plantas superiores. El mismo arquitecto redacta en 1947 el proyecto de una tienda en la finca.
La coronación del edificio original se constituía en el chaflán por un torreón de tres pisos con decoración de pares de pilastras, jarrones y otros elementos clásicos. Este torreón, se asentaba sobre un cuerpo de transición con huecos de medio punto, acabado en ladrillo visto en los paños laterales y ventanas seriadas de proporción vertical en los chaflanes que constituía la base del remate final del inmueble.
En 1955, el mismo arquitecto José María Díaz Plaja, vuelve a ser contratado para redactar el proyecto de sustitución del remate de esquina del edificio por la construcción de una cúpula que sustentase la escultura, emblema de la compañía Unión y El Fénix Español, que debía figurar en todos los edificios dotándolos de unidad corporativa.
La cúpula había de construirse con un armazón de perfiles de acero curvado en sus meridianos, arriostrándose con otros perfiles que conformaban los paños intermedios de la cúpula. En el proyecto se prevé que estos paños estarían revestidos con hormigón traslúcido que permitiera la instalación de luz fluorescente interior, procurando la iluminación nocturna de la cúpula. Quizás esta original idea no pudiera realizarse; hoy está revestida de plomo.
Después de la ejecución de esta obra, se realizan otras varias vinculadas a la instalación de oficinas en las plantas baja y primera, siendo las más importantes la construcción de una marquesina para reclamo de la compañía Autocares Juliá, ejecutada por Enrique Simonet en 1961, la reforma de las oficinas de la compañía TWA, que realizan Luis Jurado Valdelomar, Nicolás Gabicaboeascoa y J.Mc. Garaghan y la instalación de la compañía British Airways en el chaflán del edificio.
En 1974, se ejecuta para la compañía Unión y El Fénix la consolidación de forjado de planta primera por el arquitecto conservador de la compañía Antonio Flórez Gallegos que alude al resquebrajamiento de algunos elementos portantes de la estructura de hormigón y su posible causa en la construcción del aparcamiento subterráneo en la inmediata plaza de los Mostenses.
En 1985 y a causa de una bomba colocada en las oficinas de British Airways, que causó un muerto y sendos heridos, se dañó la estructura del local que fue reforzada y reconstruido el local por el arquitecto José de Lastra.
Estos antecedentes ponen de manifiesto las lesiones sufridas por el edificio y las sucesivas reformas en él realizadas que no procede transcribir aquí.
Tras sucesivos cambios de propiedad, en 2006 se tramita ante el Ayuntamiento un Plan Especial que pretende el cambio de catalogación del edificio, con protección estructural, pasándolo a protección volumétrica con el fin de proceder a la sustitución de todo o parte de su estructura, proponiendo también el cierre al público del pasadizo existente en planta baja. Esta propuesta fue denegada y hoy se ejecutan obras de consolidación y refuerzo estructural completo del edificio, con proyecto de José Juanpere Miret para CEREP GRAN VIA SL con cambio de uso a viviendas, manteniendo el pasaje descrito y restituyendo incluso su pavimento original de terrazo in situ.