Parque de San Isidro

En el paisaje de vínculos goyescos de los horizontes y colinas de las legendarias praderas de San Isidro se erigen estas dos lápidas, que parecen culminar e ilustrar los dos entablamentos de sendas parejas de columnas procedentes del desaparecido Palacio de los marqueses de Larios del paseo de la Castellana, donde se alza hoy el Hotel Villamagna; el conjunto determina la entrada principal al parque de San Isidro desde el paseo de la Ermita del Santo, en los ámbitos septentrionales de la ermita y del cementerio de San Isidro, cerca de la confluencia con la Vía Layetana.
Las lápidas dan cuenta del nombre del parque y de la fecha de su inauguración el mismo día de la fiesta del Santo Patrón de la Villa, por parte del entonces alcalde Carlos Arias Navarro. Fue terminado por el Ayuntamiento de Madrid en 1970 entre las sacramentales de San Justo, San Isidro y Santa María, dando nombre al barrio crecido en su torno. Sus aproximadamente 32 ha iniciales se han extendido hasta las 35,5 con la ampliación de 2006, último capítulo de la larga memoria histórica de los márgenes del Manzanares que inmortalizara Goya entre los siglos XVIII y XIX.
Parques
Fecha
1970
Datos de localización y contacto
- Dirección
- Pº Ermita del Santo, MADRID
- Madrid
- España
- Barrio / Distrito
- SAN ISIDRO / CARABANCHEL
Elemento conmemorativo, Lápida
Posición | En soporte independiente. |
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Accesibilidad | Por medios manuales |
Motivo principal | Las dos lápidas, sobresalientes en todo su espesor y situadas a una altura aproximada del suelo de 450 m, se constituyen en el motivo principal de la composición gracias a las inscripciones que albergan identificando el parque o dando cuenta de la fecha de su inauguración; los textos, con caracteres incisos de fondo oscuro, dicen así: PARQUE DE / SAN ISIDRO en la lápida izquierda, e INAUGURADO EL 15 DE / MAYO DE 1970 POR EL / ALCALDE DE LA VILLA / D. CARLOS ARIAS NAVARRO en la de la derecha. |
Decoración asociada | Las dos lápidas están, de hecho, asociadas inseparablemente a las columnas pareadas en cuyos entablamentos se ubican, a modo de sendos frisos. El conjunto, de piedra caliza y ladrillo revocado, no muestra un orden arquitectónico concreto, sino que responde al eclecticismo de la época de la que procede: las basas de cada pareja están enlazadas por un basamento horizontal único compuesto por varias piezas prismáticas de simple conformación; los fustes, embutidos en una doble basa (convexa la pieza superior y cóncava la inferior) sobre pastilla de sustentación, presentan tres tratamientos superpuestos, siempre desde un estriado con aristas común de escasas caras, siendo de mayor grosor el tercio inferior y mostrando, cual astrágalo, un virtual anillo superior con dos incisiones verticales por cara; los capiteles, con forma de cáliz entre un fino anillo sobresaliente y un volado ábaco, se desarrollan en dos niveles ornamentados, a la manera egipcia, con apretadas hojas de loto o capullos; los arquitrabes de las lápidas se coronan por una decoración perimetral de palmas invertidas; y, sobre un estrecho sofito de pequeñas bolas entre finos filetes, vuela la cornisa mediante un cuerpo de ornamentación muy similar a la de los capiteles, coronándose con un friso de palmetas. |
- FERNÁNDEZ DELGADO, Javier y MIGUEL PASAMONTES, Mercedes y VEGA GONZÁLEZ, María Jesús: La memoria impuesta: estudio y catálogo de los monumentos conmemorativos de Madrid (1939-1980). Madrid: Ayuntamiento de Madrid, 1982
Descripción formal
Dos losas rectangulares de caliza, de dimensiones aproximadas 0,40 x 1,40 x 0,04 m, se adosan respectivamente a la superficie inferior o arquitrabe del entablamento sustentado por dos parejas de columnas que, en cierto modo, componen una suerte de puerta de entrada al Parque de San Isidro desde el paseo de la Ermita del Santo, a través de una amplia rampa enlosada de granito y compuesta por tres calles longitudinales separadas por sendas secuencias de cuadros térreos ajardinados. Ambas parejas de columnas, enlazadas por una corta escalinata de tres peldaños, enmarcan la cabeza de Francisco de Goya y Lucientes, del escultor Juan Cristóbal, que, en posición algo más retrasada, muestra desde el acceso su cara posterior.
Propiedad
Municipal.