San Isidro

Este grupo es una de los cuatro conjunto escultóricos procedentes de la fuente monumental dedicada a Juan de Villanueva, que se erigió en la glorieta de San Vicente para conmemorar el segundo centenario del nacimiento del arquitecto y que, en la actualidad, se ubica, ya sin esa decoración escultórica, en el Paseo de Camoens. En el concurso convocado para la construcción de la fuente se eligió a Víctor D'Ors como arquitecto y a Santiago Costa i Vaqué como escultor de los cuatro grupos escultóricos que en su momento ornaban la taza de la fuente. La temática de estos grupos estaba asociada a la historia y espíritu de Madrid, uno de los cuales es éste dedicado al Santo Patrón de la ciudad.
Como consecuencia del traslado de la fuente a su actual emplazamiento, efectuado en 1994 con motivo de la erección en la glorieta de San Vicente de la réplica de la Puerta allí construída, se decidió no incorporar las figuras de la decoración escultórica, dañadas y con mutilaciones en su antigua ubicación. En mayo de 2007, cuando se construyó el Jardín de la Dalieda sobre los antiguos restos del Convento de San Francisco, se tomó la decisión de reubicar esta escultura, una vez restaurada, dada su calidad estética y su aceptable estado de conservación. El lugar elegido para el grupo de San Isidro fue el borde de uno de los aterrazamientos del Jardín, delante de una barandilla y como fondo de perspectiva del principal eje del Jardín. Así la silueta de las dos figuras del conjunto se recorta sobre una amplia panorámica del oeste de la ciudad, el área precisamente donde se ubica la Ermita de San Isidro.
El autor de la obra es el escultor y pintor tarraconense Santiago Costa i Vaqué (1895-1984). Es éste un artista de formación académica e influencias realistas y clasicistas, en su primera etapa sobre todo, de su primo, el también escultor Julio Antonio, con el que trabajó como colaborador durante una larga etapa inicial. Tras una estancia de trabajo de seis años en Latinoamérica, en 1925 se instaló en Madrid donde al poco tiempo organizó una exposición en la Biblioteca Nacional, visitada por el rey Alfonso XIII el cual exclamó al contemplar una de sus obras: "Hay esculturas tan admirablemente hechas que aunque no conozca uno a las personas se da cuenta que el parecido tiene que ser completo". Durante la etapa central de su carrera, realizó otras muchas exposiciones en Barcelona, Vigo, Reus, Zaragoza y Mora d'Ebre, su ciudad natal, además de Madrid. Su fuente de inspiración son los paisajes y personajes de su tierra de origen, en el entorno del bajo Ebro, en especial en sus pinturas y dibujos. La expresión de sus figuras es serena con fuertes dosis de hieratismo, aunque siempre con una fuerza interior contenida. La mayor parte de su obra puede ser contemplada, en la actualidad, en el Museo de Arte Moderno de Tarragona, al que cedió su colección personal cuando en 1983 se instaló definitivamente en su tierra.
Autores
COSTA VAQUÉ, Santiago (Escultor)
Fecha
1943
Descripción formal
Se trata de un grupo escultórico de piedra caliza constituido por una figura principal de un ángel alado con forma de mujer y otra figura sedente, que representa a San Isidro Labrador en dormición. El ángel en posición frontal y actitud de movimiento, sostiene un arado en su mano izquierda, mientras que el Santo, reclinado y acompañado por un yugo como atributo, da la impresión de estar protegido por el propio ángel, a pesar de no existir contacto físico entre ellos. Contrasta de manera singular la actitud relajada y despreocupada del Santo, amparado por la figura del ángel, altiva, enérgica y protectora. Representan el suceso atribuido al patrón de Madrid por el cual, mientras dormía, los ángeles araban la tierra por él. En el grupo es la figura del ángel la protagonista, con el pelo echado hacia atrás y el ropaje pegado al cuerpo. Su elegante perfil queda marcado por el brazo izquierdo adelantado para guiar el arado y el pie derecho retrasado para dar idea de caminar. La figura de San Isidro resulta mucho más convencional, a pesar de lo acertado de las suaves curvas y el escorzo de su postura.
La composición es bastante clásica en cuanto al equilibrio, gravedad y solidez de volúmenes y formas, estructura piramidal, unidad y simetría del conjunto. Se percibe un primitivismo latente en el tratamiento de las formas y la expresión quietista de los personajes, que ubica al grupo y al autor en aquella corriente escultórica de vanguardia de la primera mitad del S. XX de la que participaron artistas como Maillol, Hugué, Matisse, Gargallo o el mismo Picasso. Se admiraban y coleccionaban formas de civilizaciones remotas o primitivas porque resultaban puras, elementales y sin el lastre cultural de Occidente. Dicha tendencia enfatizaba una representación del cuerpo humano plena de fuerza, de ancha osamenta y amplias formas, vinculada con un mundo mediterráneo antiguo. Por formación, origen y adscripción personal el autor tomó parte en este movimiento, realista y anclado en la tierra, que en gran medida convivió o fue parte contestataria de la escultura abstracta también de vanguardia.
El tamaño del conjunto es: 1,95 x 1,01 x 2,10 m
El pedestal es prismático bajo, sin molduras, y de base rectangular de medidas 0,34 x 1,50 x 0, 25 m.
El grupo escultórico se inserta en un parterre floral cuadrado de unos 5m de lado, delimitado por un sencillo bordillo de granito.
La escultura aparece rodeada de dalias plantadas en el parterre y que son las flores que configuran el Jardín de la Dalieda.
Propiedad
Municipal.