Torretas-palomares

El Jardín de las Tres Culturas es un ámbito específico, aunque plenamente integrado en el conjunto del Parque Juan Carlos I, que se destina a conmemorar y celebrar la singular convivencia que, durante los siglos medievales, se dio en España entre las grandes civilizaciones surgidas a partir de las tres principales religiones monoteístas: judía, cristiana e islámica.
Se ubica en el cuadrante noreste del anillo, entre un tramo de la Ría y el Olivar Reina Sofía, respetando el trazado de los paseos y la cuadrícula que organiza esta zona del parque. Concebido como símbolo de tolerancia y respeto mutuo, y planteado como un recorrido temático, el jardín se fundamenta sobre dos criterios esenciales: la integración de los tres espacios, fácilmente identificables, en un conjunto formalmente unitario pero orgánicamente articulado; y la independencia funcional, sin ningún tipo de jerarquía, entre todos ellos.
Así, el proyecto no pretende reconstruir ningún jardín existente o desaparecido, sino crear con materiales modernos un jardín actual como homenaje contemporáneo a estas tres culturas milenarias. La Trilogía presenta como punto común e integrador una gran plataforma circular elevada (el Paraíso, reflejo de Perfección) de la que parten cuatro acequias (los Cuatro Ríos), que está precedida por una puerta simbólica (el Árbol de la Vida) a la que se accede por una Pasarela-puente que se inicia en una Plaza de acceso situada en uno de los paseos del parque, junto al mencionado olivar centenario. Ese círculo central dominante es el punto de partida de los distintos jardines que, en posición igualitaria y unidos entre sí por un paseo concéntrico, se definen por su forma cuadrada como referencia simbólica a los cuatro puntos cardinales.
Cada uno de ellos se encuentra singularizado, además de por su composición, sus especies vegetales y una selección de citas literarias, por la presencia de diversos hitos y elementos acuáticos propios de un jardín: el Jardín Judío (o Vergel de Granados) recrea la planta de la Ciudad Ideal, rodeada por una Muralla, con una gran Fuente-manantial formada a partir de la Estrella de David y con un Estanque-oasis en el extremo; el Jardín Cristiano (o Claustro de las Cantigas) se inspira a un claustro medieval, con su Puerta-campanario, su Columnata perimetral y su Templete central rodeado por cuatro Estanques-graderíos; y el Jardín Islámico (o Estancia de las Delicias) se configura como un jardín geométrico en varios niveles, enmarcado por cuatro Torretas-palomares y presidido por un Pabellón central que da cobijo a una Fuente de mármol que, a su vez, abastece a dos grandes Albercas ubicadas en un extremo.
El Jardín de las Tres Culturas fue inaugurado, junto al resto del Parque Juan Carlos I, por los reyes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía el día 7 de mayo de 1992, coincidiendo con la celebración de la Capitalidad Europea de la Cultura que aquel año correspondió a Madrid.
Autores
ESTEBAN PENELAS, José Luis (Arquitecto)
ESTERAS MARTÍN, Emilio (Arquitecto y diseñador )
SILBER BRODSKY, Myriam (Paisajista)
Parques
Parque Juan Carlos I (Jardín de las Tres Culturas (Jardín Islámico o Estancia de las Delicias))
Fecha
1990
- ESTEBAN PENELAS, José Luis y ESTERAS MARTÍN, Emilio y SILBER BRODSKY, Myriam: Parque Juan Carlos I. Jardín de las Tres Culturas. Madrid: Fundación Caja Madrid, 2001
Descripción formal
La Estancia de las Delicias, el ámbito musulmán del Jardín de las Tres Culturas, se encuentra custodiado por cuatro Torretas-palomares, situadas en las cuatro esquinas del cuadrado sobre el que se organiza la planta del recinto. Son elevados hitos de protección desde los que se vigila simbólicamente todo este oasis ideal, que en la tradición musulmana, más que en la judía o cristiana, está estrechamente unido a la idea de Paraíso. Por ello, es un espacio fértil, lleno de plantas frondosas, flores aromáticas y árboles frutales alimentados por abundante agua, el bien más preciado en los climas desérticos.
Se trata, en general, de un jardín íntimo y privado que se ordena de forma geométrica, según distintos niveles e imitando las típicas lacerías, con cuatro zonas diferenciadas (las cuatro partes del mundo) creadas por los caminos axiales que surgen de una composición estrellada central (una estrella de ocho puntas). En este centro del universo se levanta un Pabellón, suspendido sobre una lámina de agua, el cual representa a la montaña que supuestamente preside el universo y de donde brota una fuente-manantial que todo lo riega. Para preservar el citado carácter intimista del jardín musulmán, cada parte del mundo dispone de su torre de vigilancia que, inicialmente, se concibió también como un palomar en un intento de vincularse al entorno paisajístico.
Con una forma inspirada claramente en los alminares de las mezquitas, estos elementos se componen de un pilar prismático de fábrica de ladrillo, con base enfoscada de cemento y rematado por arquerías, que en su parte superior presenta una estructura escalonada, invertida y envolvente (de 1,20 x 1,46 x 1,46 m) realizada con trama de malla metálica en tres niveles. Tanto este entramado como la trampilla inferior y los arquillos superiores iban destinados a la función original de palomar, finalmente abandonada debido a la incidencia negativa de esas aves sobre los monumentos y arquitecturas. Cada torreta se asienta sobre un pequeño recinto cuadrado de gravilla, delimitado con bordillo de cemento.
Dimensiones
3,40 x 1,50 x 1,50 m.
Materiales
Metálico, hierro pintado; cerámico, ladrillo; y cemento.
Propiedad
Municipal.